¿Los motivos? Principalmente que los domingos son días de planes tranquilos, caseros y todo es mucho más relajado, sin formalismos. No tendría sentido ir de punta en blanco para estar larga en el sofá durmiendo la siesta, ¿no creéis?
¿Y qué he notado? Después de varios meses de pruebas puedo deciros que...
- Quiero pensar que mi piel agradece un día de descanso. Es su día para mostrarse como es. Sin esconder. Me he acostumbrado a que las ojeras son bellas. También las rojeces, imperfecciones y los granos que aparecen de vez en cuando.
- Que da gusto ir con la cara lavada. Mi piel respira aire fresco y yo también.
- El pelo, a lo despeinado agradece librarse del secador y plancha. Y yo soy feliz.
¿Y todo esto por qué? Por querer revelarme contra lo que se espera de nosotras. No me maquillo en exceso y tampoco presto mucha atención a mi pelo, pero estoy bastante concienciada en dar una buena imagen de mi, que pasa por un poco de colorete y rimmel. No es que me disguste tener que levantarme 10 minutos antes cada día para dedicar tiempo a estos quehaceres. Pero sí que me apetece mucho dejar los domingos al natural. Por mi piel, pero también por mi.
Te quería contar también que lo que pasa en las pelis es verdad. Muchos domingos me han dicho qué guapa estás hoy, se te ve radiante. No sé si es por ir al natural, o por haber dormido. Indagaré.
¿Alguna rebelde en la sala? ¿Quién más apuesta por al natural?
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